03 junio 2016

Before I die I want to...



explain to my nephews that the princess does not need a prince to save her.

listen to the sound of my boots meeting the snow in Canada.

dedicate The Only Exception to someone.

make somebody smile with my books.

see the world living in peace for once.

tell them how much I owe them.

read those forgotten books.

be with my Ohana again.

be someone's now.

save an animal.

get the degree.

fall in love.

get lost.

find myself.

20 mayo 2016

My First Tattoo

Hallo!

I've been thinking for a while that I should start writing in English, because it would help me in my studies, so here I am again! If I make mistakes, do not hesitate to tell me :)


So, today's post is about the most exciting and craziest thing I've done during my Erasmus... I got a tattoo! My first tattoo ever, actually. However, it's not like English' tattoos from Magaluf or a stupidity like that. I thought about it and its meaning a lot even before I came to Germany.

I love tattoos with meanings, and I've always wanted one which had a special sense for me (family, friends, etc.) When I arrived in Konstanz, I immediately fell in love with the city, the lake, and Imperia, although the weather is shit very different and gloomy. My friends felt the same way about the town, so one day we said that we had to have a tattoo related to Konstanz or Germany in general. We thought about a word written with phonetic transcription (the four of us are studying English Degree, btw), but we declined the idea. We were taking Phonetics I at uni and we decided to drop it, because the level was very high for us. Phonetics I is Phonetics I, for Thor's sake.

Never mind. I proposed to tattoo Konstanz skyline with a little Imperia on it. Miriam, Carlota, and Celia loved the idea, but we realized that the skyline of this city is plane and simple. But I don't worry; I wish one day I'll get the Toronto skyline :3 Then, I loved the idea of getting Luftmensch, but a friend of Miriam told me it's a weird and not nice German expression...

My friends and I were on that point where you need a tattoo, but you are not sure about the design; we just knew that our tattoo had to be connected to Germany. Finally, Miriam got Wir Sind Alle Freaks (from American Horror Story: Freak Show), and Celia tattooed the world very colourfully, but these are another stories.

Regarding my tattoo, I chose the alchemical symbol for air, which is related to inspire, expire, and spirit, and I wrote the word "air" in German (Luft) on the horizontal lane. Besides the meaning that the symbol has already, this tattoo reminds me that, even though I stress out easily, I always have to relax and breathe. Uni is like hell sometimes.

I don't know who I am. I don't know who I want to be. But I consider myself an "air person"; easygoing, imaginative, and tractable. I daydream all the time, always thinking about words, music, and cinema; therefore, I believe getting Luft is like defining myself.


I want to know if you have a tattoo with a special meaning, or if you got one during your Erasmus. If not, it'd be cool to know if you'd get a tattoo one day or not. I want your opinions! :)

Tschüss!





24 abril 2016

Papeleo Que te Veo


Hallo!!

En la entrada de hoy quería hablaros de un tema muy, muy importante cuando decides irte de Erasmus: la burocracia. En algunas universidades piden más documentación que en otras, pero todas acaban contigo cuando empieza la época del papeleo.

Antes de que se abriera el plazo para apuntarme al programa Erasmus de mi universidad ya estaba leyendo blogs y noticias sobre otros estudiantes que ya lo habían hecho, y todos coincidían en que hay que entregar una cantidad cósmica de papeles antes, durante y después de la estancia. Cuando todo parece fácil al principio, la universidad empieza por mandarte notificaciones de toda la documentación necesaria, y eso que aún falta más de medio año y varias fases para escribir en Facebook "Germany, here I go!". Que si una carta, que si fotocopias, que si formularios... Durante un tiempo piensas en que estudiar en un país extranjero no vale la pena si hay que escribir tanto.

Pero entonces te aceptan y te sientes un poco más motivado y, ¿por qué no?, relajado. Ya has entregado todos los papeles y solo te falta esperar a que te responda la universidad de destino. Y esperas. Y esperas. Y esperas. Y piensas que no te quieren ver el pelo, ya sea por tu procedencia o por tus notas o porque eres fan de Darth Vader. Tus compañeros ya han recibido la preciada notificación y tú te sientes excluidx y olvidadx. Me encantaría que en castellano existiera el género neutro. Te preguntas qué has hecho mal y al cabo de los dos meses aparece en tu correo un mensaje de alguien que está encantadx de que vayas a asistir a su universidad. TODO VUELVE A SER DE COLOR DE ROSA. Te asignan en un dormitorio que parece perfecto y te hacen pagar para poder estudiar en la universidad.

Piensas que el papeleo acaba ahí, PERO NO, AMIGOS MÍOS, OS PERSEGUIRÁ TODA LA VIDA. O al menos a mí me persigue a día de hoy. ¿Por qué? Porque cuando me quedaban dos meses para volver a casa, decidí que lo mejor para mis estudios sería quedarme un cuadrimestre más. Y mis amigas pensaron igual. ¿Cómo íbamos a reengancharnos al volver si ya llevarían un mes haciendo clase? ¿Cómo podíamos decirle adiós tan pronto a esa ciudad tan bonita? Solo habíamos pedido plaza para seis meses. Nos parecía una locura seguir tercero de carrera en nuestra universidad, así que de un día para otro estábamos en el despacho de nuestra genial coordinadora para casi rogarle que nos dejase quedarnos cinco meses más. Creíamos que nos iba a costar más esfuerzo convencer a las dos universidades, pero no fue para tanto. Eso sí, el papeleo no cesaba y nos encontramos con un nuevo problema: el temido Learning Agreement.

En mi universidad local nos obligan a escoger asignaturas de nuestra universidad de destino que sean similares a las que se supone que tendríamos que dar en la carrera, y también a cumplir el número de créditos, que es treinta. Convalidad asignaturas es importante. En cambio, a la Universität Konstanz le da bastante igual el Learning Agreement; comprueban que estemos haciendo las asignaturas y nos firman. Si fuera por el departamento, yo hubiera podido escoger una asignatura de Psicología como me hubiera gustado. De hecho, he ido a clase de Literatura con chicxs que hacen Política, pero mi universidad (y muchas otras) no permite tanta fluctuación. Por una parte, está bien, porque así no te pasas días pensando qué asignatura quieres hacer; por la otra, te quejas del Plan Bolonia y de sus duras normas. Además, con el Learning Agreement viene un apartado de cambios de asignaturas que a lo mejor usas tanto como mis amigas y yo hemos hecho. Los horarios que no cuadran y esas clases en las que dudas de si estás haciendo tercero o quinto de carrera son un verdadero dolor de cabeza.

Yo acabo de volver de mis cortas vacaciones en mi ciudad natal, lo que significa que aún me falta mucho papeleo y pruebas que hacer. Si salgo viva de ello, haré una fiesta y estáis todos invitados.


Tschüss!


Ésta es mi cara por culpa de tantos papeles.

14 febrero 2016

El Hombre Invisible

Guten Tag!

A lo mejor os estáis preguntando a qué narices viene el título de la entrada, pues bien, "el hombre invisible" y su prole está relacionado con la biblioteca de mi universidad. ¿Por qué? Porque no hay día ni hora que vayas y no te encuentres UN MALDITO SITIO VACÍO PERO OCUPADO CON HOJAS Y BOLÍGRAFOS Y LIBROS Y CHAQUETAS Y MIERDA.

Estoy harta. ESTOY HARTA. Estoy harta de que personas dejen sus pertenencias encima de la mesa durante HORAS. Si fuera por un rato (digamos, el tiempo que se tarda en ir al baño) lo entendería. ¿PERO DURANTE HORAS? Muchos dejan una mesa enorme llena de papeles, libros, MÓVILES e incluso PORTÁTILES y se van a comer. ESO. NO. SE. HACE. Porque luego llegamos la gente inocente y buena y no encontramos un maldito sitio libre. Eso sí, por mi parte, si encuentro una silla libre (milagro) y me tengo que ir, no soy capaz de dejar mis cosas por miedo a que me las quiten. Y pensaréis ¿quién te va a quitar los apuntes de Morfología? Pues un estudIANTE DE MORFOLOGÍA, ¿VALE?

Perdón, este tema me pone violenta.

De la misma forma que me pone violenta hablar de la cantidad de asientos. La biblioteca de la Universität Konstanz es D E S C O M U N A L. Al menos comparada con la de mi universidad de origen. La de aquí cuenta con dos edificios, uno de ellos recién remodelado. Este último está compuesto por unas ocho plantas y su espacio es increíblemente grande. PERO hay POCAS MESAS, POCAS SILLAS y ESTANTERÍAS VACÍAS. Derrochan espacio. He visto a gente incluso sentada en el suelo. Imaginaos mi cara cuando me recorro todas las plantas y me doy cuenta de que no hay sitio suficiente vacío para mis amigas y para mí. Nos podemos encontrar una mesa prácticamente vacía, pero sin sillas. ¿ESO DÓNDE SE HA VISTO?

Mardisión gitana pa' tos' los que dejan sus cosas y se largan.

Finalmente, me gusta que la biblioteca de aquí sea grande y esté plagada de libros y de salas para estudiar, pero en el tema de las mesas prefiero la de mi universidad de origen. Aunque es más pequeña, siempre tiene sitios libres para ti y cuatro personas más.

Hasta aquí la entrada de hoy. Gracias por haberme leído hasta el final. Me he quedado bien a gusto.

Tschüss!

+174

PD: Quería aclarar que me quejo por aquí porque, cuando tuve la oportunidad, la aproveché de una manera diferente...

¿Veis algo fuera de lo común para un feedback? Mirad más cerca...


¿Lo veis ya?

¡Ésta fue mi gran aportación a la biblioteca! :)

11 febrero 2016

Tradition #1 Fastnacht


Ho, Narro!



Hoy, por fin, ¡he acabado los exámenes! Lo que se traduce a que mañana se termina el cuadrimestre, un cuadrimestre lleno de tensión, estrés, trabajo y aprendizaje, pero ese es tema para otra entrada. Prefiero centrarme en comentaros que voy a empezar una sección en el blog llamada "Tradition" que, como habréis podido deducir si no sabéis alemán, gira en torno a mis experiencias con tradiciones alemanas y, sobre todo, de Konstanz.

Debido a que la semana pasada fue Carnaval y que es una de mis épocas favoritas del año doy comienzo a esta sección con el Carnaval en Konstanz, Fastnacht (o Fasnacht, Fasching o Karneval depende de la región o del país, pues Suiza también lo celebra). Empezó oficialmente el pasado jueves a las seis de la mañana con músicos despertando a aquellos ilusos que estaban aún durmiendo (no me puedo incluir porque estaba dormida como un tronco y me enteré tarde de que habían pasado por mi residencia) y terminó este martes.

Tenía unas expectativas muy altas sobre Fastnacht. Un examen y una clase habían sido aplazados porque se dice que en la universidad la gente empieza a hacer escándalo y alteran el curso normal de las clases. Literalmente, me dijeron que la gente se vuelve loca; que muchos solo viven para el Carnaval. Sin embargo, cuando hice clase por la mañana y cuando estuve en el centro de la "parte nueva" de la ciudad, no me pareció una fiesta fuera de lo común. Es cierto que muchos estudiantes fueron disfrazados a la universidad y que luego hubo pica-pica y también que a las doce del mediodía te encontrabas a los primeros chavales borrachos, pero nada de locura, nada de descontrol.

De todas formas, no me desanimé. El tiempo estaba en mi contra, puesto que las temperaturas cayeron repentinamente y la lluvia amenazó con suspender la fiesta. Una parte de mí quería estar en casa acurrucada con una manta, otra solo quería celebrar carnaval como siempre: viendo las comparsas y bailando al ritmo de la repetitiva música. Pero aquí llegó mi "segunda decepción": no habían comparsas propiamente dichas. Tenía entendido que la gente se vestía de brujas y de monstruos horripilantes y que tocaban instrumentos de viento, pero el centro de la diversión consistía solo de bandas de música en cada esquina, de unas cuantas brujas dispersas y de cuatro o cinco monstruos por otro lado.

Antes de seguir, debo puntualizar que yo vengo de una ciudad donde el Carnaval se vive mucho y está considerado uno de los mejores no solo a nivel nacional, sino también internacional. Es una versión reducida del Carnaval de Canarias. En mi ciudad sí que hay comparsas cada una con su temática y bailarines que lucen sus trajes y plumas. Claro, yo me imaginaba que el Fastnacht sería del mismo palo, pero me encontré con una fiesta más o menos tranquila y con gente con disfraces desde variopintos a originales (unos iban de Guardianes del Norte y, ¡qué calentitos deberían estar!). Mis amigas y yo llegamos a la conclusión de que para disfrutar bien del carnaval y mimetizarnos debíamos emborracharnos. No lo hicimos porque no nos apetece "divertirnos" de esa manera a las seis de la tarde, pero cada uno tiene su opinión.

Un punto a favor del carnaval en Konstanz es la tradición en la que personas de todas las edades se reúnen en una plaza y van todos vestidos de ropa de cama blanca y bailan canciones alemanas cuyas melodías me recuerdan al año 2000. Aunque vi pocos, las caretas y los trajes de "arlequín" también me llamaron mucho la atención. Estos trajes pasan de generación a generación y si uno tiene muchas chapas colgadas es símbolo de que esa persona lleva muchos años participando en el carnaval. Me gusta que conserven la esencia de tradición en Fastnacht, aunque el diseño de los disfraces no cambien y la fiesta en general no sea tan colorida como a la que estoy acostumbrada.

Dejando el frío a parte, me divertí mucho, sobre todo en la plaza. Antes de acabar la entrada os dejo una pregunta: ¿qué pintan una vaca, un esqueleto, una maga y una flamenca juntos? Pues así íbamos disfrazadas mis amigas y yo. Dando el cante por toda Konstanz, para no variar.


Me alegra estar de vuelta en el blog. Espero escribir pronto.

Tschüss!

+171
Noche de los pijamas plancos.

12 diciembre 2015

Weihnachten

    ¡Holiwis!

    Winter is coming! Quiero decir: Christmas is coming! Esa época del año en la que no importa si eres cristiano o ateo, agradeces que sea fiesta y te pones como el Kiko. Qué felicidad, ¿verdad? Pues para mí no lo es: no me gusta la Navidad. Creo que no hace falta esperar a una fecha especial para querer estar con la familia y con los mejores amigos (es decir, la familia que se escoge). Pero hoy no vengo a hablar de porqué no me gusta, sino de por qué este año tengo unas ganas terribles de celebrarla.

    Al contrario de lo que dice la canción, no vuelvo a casa por Navidad. Incluso los Alemanes se van a sus pueblos/ciudades, ya que Konstanz es una ciudad turística y para estudiantes, principalmente. Debo ser de los pocos que, a parte de mis amigas, se quedarán en la solitaria y nebulosa Konstanz a beber Glühwein y a destrozar villancicos alemanes, catalanes y españoles. Así se pactó porque celebrar estas fechas en un país extranjero nos pareció una oportunidad única. Una de mis amigas, Carlota, abandona el barco para irse a Hamburgo y luego a Berlín (qué suerte tiene), así que Miriam y Celia serán mi Ohana fuera de casa.

    No me quejo, porque por lo menos no estaré sola. De hecho, estoy emocionada. Seré privilegiada en observar y participar en las costumbres de otro país, como he estado haciendo hasta ahora. No se harán las campanadas ni se comerán las doce uvas, pero intentaremos pasárnoslo bien igualmente.

    Tengo ganas de decorar mi pequeña y austera casa con luces blancas y un pequeño árbol de Navidad. Tengo ganas de preparar una sopa de galets y canelones, e hincharme del embutido que trajeron mis padres cuando vinieron de visita hace una semana. Tengo ganas de poner por el ordenador el Especial Nochevieja de José Mota y luego ver la Gala en TV1. Tengo ganas de visitar el Weihnachtsmarkt y hacer mil fotos. Tengo ganas de que pase la época de exámenes para así poder celebrarlo.

    Este año sí tengo ganas de Navidad, de fiesta y de celebración porque, a pesar de estar a mil ciento cincuenta kilómetros de mi Ohana, quiero que me vean feliz, que no se preocupen por mí y que no me echen de menos. Quiero que se diviertan y que no lamenten no poner un plato más en la mesa, porque no puedo soportar saber que están nostálgicos. Me alegra, porque yo también les añoro, pero si me paro a pensar en ello, me entran unas ganas terribles de volverme y abrazarles. Y acabo cayendo en un bucle que no me deja continuar.

    Me he propuesto acabar 2015 cumpliendo con el presentimiento que tuve al principio: en general, este año será diferente, será especial, será memorable. No pretendo que "acabe" un año y "empiece" otro, sino que continúe como hasta ahora. Por eso espero que todo aquel que me echa de menos piense lo mismo.

    Dicho esto, Frohe Weihnachten adelantada!

Sí, esta es mi cara lol En el Weihnachtsmarkt de Konstanz
    Tschüss!

    +110

13 octubre 2015

Ahora Entiendo...

Hallo!

Ha pasado más de un mes desde que puse un pie en Alemania y quería celebrarlo escribiendo una entrada. Describiría lo geniales que han sido estos días, lo mucho que he disfrutado de Bodensee y lo divertido que fue el Oktoberfest, pero me apetece hablar de cómo es llevar una casa por mi cuenta.

Cuando me dieron las llaves del piso y se comprobó su "buen" estado, vi que a parte de lo pequeño y frío (literal y metafóricamente hablando) que era, estaba vacío. Por no tener no tenía ni cortina para la ducha, eso sí, me dejaron una bonita escobilla demasiado usada y una papelera. Sabía que tendría que comprar lo básico para la casa, pero hasta ese momento no me había hecho a la idea de que debía empezar desde cero. Menos mal que mis amigas han estado a mi lado, porque sino me hubiera muerto con el simple hecho de pensar cómo se friega el parqué.

Este tiempo he podido apreciar el gran esfuerzo que hacen los padres y todas aquellas personas que tienen casa propia, puesto que se debe ser responsable para llevar las riendas. Hasta la tarea más sencilla, que es tirar la basura, se complica: ¿dónde va el papel de cocina?, ¿el tetrabrik se considera cartón o plástico?, ¿qué pasa si he tirado papel en la basura de "bioabfälle"? Anda, da igual, tíralo todo a "restmüll".  Por otro lado, yo había puesto pocas lavadoras antes de llegar a la residencia. En mi casa era fácil, sobre todo porque tenía a mano un papel con dibujos hechos por mí de cómo funciona, sin embargo, ahora me hago un lío cada vez que voy a la lavandería. Las instrucciones y las indicaciones están en alemán, y solo hay tres lavadoras y dos secadoras para alrededor de 600 personas. No me avergüenza admitir que llamé a mi madre el primer día para preguntarle qué programa debía poner en la lavadora. Lo gracioso es que hay gente que se olvida de recoger la ropa mientras que tú esperas más de una hora para poder usar las máquinas. Por si fuera poco engorro, la lavandería de mi residencia es la única que no acepta la tarjeta de la universidad: tenemos que comprar otra tarjeta hecha con cartón del malo.

Te harás una idea de que prácticamente no he tenido tiempo para mí, salvo por las noches en las que me he juntado con mis amigas para hacer maratón de películas o series. Me debes seis mil pesetas de "whissske". Comprar ocupaba el 80% de mi día a día. Parece que el pan, la leche y la verdura desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Ahora sé lo controlada que debo tener la compra y lo importante que es tener una mopa a mano, no solo para deshacerme de los pelos que se me caen, sino para asesinar a mis amigas las arañas.

Además, me he dejado un riñón y medio este mes. No solo por la comida, sino por la escoba y compañía. (DE COMPRAR EL DETERGENTE SE ENCARGABA MI PADRE, ESTO QUÉ ES LO QUE ES.) Literalmente, el supermercado ha sido el lugar que más he visitado durante este mes con mis amigas. ¿Qué monumentos importantes ni qué ocho cuartos? Cuando vives solo, lo que más pisas es el supermercado. La gente se ríe cuando decimos: "bueno, he ido al Kaufland y... he comprado en Kaufland". Me dirán ellos que prefieren morirse de hambre o aprovechar al máximo el papel del baño para poder salir más...

Nosotras también hemos disfrutado de la ciudad y nos hemos montado unas buenas fiestas, así que me atrevo a decir que nos las apañamos bien. Miedo tengo a cuando empiecen las clases, que es de aquí a una maldita semana, porque ya me diréis vosotros cómo voy a arreglármelas para estudiar barra hacer trabajos, hacer la comida, limpiar, hacer la colada y comprar. SOCORRO. Pero no quiero agobiarme por ahora. Si no puedo sobrellevarlo, siempre me quedará tener la casa hecha un cristo y comer en la increíble y maravillosa cafetería de la universidad.

Yo, sobre todo, aprecio a mis padres. Desde aquí les doy las gracias y sonrío con inocencia, pues ya sé lo que se siente (aunque no tenga hijos). Eso sí, cuando vuelva a casa no sé yo si llegaré con ganas de ayudar en las tareas domésticas, eh...

Hasta aquí la entrada de hoy. Déjame en los comentarios qué te ha parecido, si has vivido lo mismo que yo o si piensas que lo harás. ¡Me gustaría saber tu opinión!

Tschüss!

+43


Foto de la primera vez que mis amigas y yo cocinamos lentejas
Bueno, yo supervisé. JEJÉ.

PD: Ay, mamá, cómo echo de menos tus purés de verduras, tus cantes de copla cuando friegas y tus gritos cuando no me apetece limpiar.